Beatriz Giovanna Ramírez en Pincelada rosa

lunes, 4 de abril de 2011

"Construcción del vacío" de Juan Secaira

Foto Olaf  Speier
“La captación del ser de la imagen en la misma brevedad efímera de su ontología” 
“El exceso de espacio nos asfixia mucho más que su escasez”. Gastón Bachelard 
 Construir el vacío
en la imagen sonora 
 Sangre 
 soledad cruda 
desazón
hastío
lágrima
saliva
sudor
vulva que engulle
esperma
pestilente brisa
 Poder
incluso
llegar a
comer su corazón
 servido 
en una bandeja rebosada 
con hojas plásticas
iluminadas tenues y grises
 Sentir el desgarro del hombre 
praxis vital que sacude 
 Conmueve... 

 No hay engaños 
ni fábulas de amor 
ni pétalos
ni arrullos 
sólo una voz de
un hombre
y sus voces
 que van rugiendo a 


ese dios de la amargura 
que sólo llena de miseria

Beatriz Giovanna Ramírez
 
Juan Secaira (Quito) Poeta, narrador y ensayista. Licenciado en Comunicación y Literatura por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, trabaja como editor, profesor y articulista. Ha publicado un texto de redacción, 2005; el libro Obsesiones urbanas, ensayo crítico sobre la obra narrativa de Humberto Salvador, editorial El tábano, 2007, y el poemario Construcción del vacío, editorial Sarasvati, 2009, Nueva York, mención especial del premio de poesía Ángel Miguel Pozanco 2008 (España).

 Poemas selectos
Y JAMÁS SEREMOS UNO
La soledad absoluta
es vivir contigo
y sentir que jamás seremos uno
trinar silencioso de pájaros cansados
rugido ausente abandonado en el sereno
grito estéril en la flema del hogar.

Diálogo, jamás
solo ruptura, guerra y trincheras
como lobos hambrientos
asistimos a un día más
de la farsa rubricada y notariada.

La soledad más cruda
tener a alguien al lado
 y no sentir ni su hálito
ni pétalos ni arrullos,
únicamente la brisa pestilente
que corta nuestros rostros
ateridos ante tanta ausencia
en compañía.


BAILO SIN VOLUNTAD
Mientras me restriego en la imagen de tu vientre
como una mosca atrapada in fraganti en el calor
de algún ventanal.

Tú devoraste, como fiera loba de mar, un tajo de mis días,
inútil ignorarlo, peor intentar borrarlo de un solo envión.

Tragaluz de lo inconcreto, estás, aún sin estar
como la saliva, como el sudor, como la violencia diaria.

¿Para qué buscarte?, ¿para qué olvidarte?
si una voz crepuscular me dice que tú mueves los hilos
de este estrambótico baile
tan ululante y vacío como la absurda penitencia de Sísifo,
solo que la piedra soy yo.

OLVIDO
La hoja cayó del árbol,
tenue, plástica, única,
a la silente hierba.
Tal como tu vida se posó en la mía.
A ambas se las llevó el viento. 

“Poemas del corazón y guadaña” de Juan Benito


Foto: Fernando Prats


La poesía de Juan Benito posee formas geométricas que se empecinan en  trazar un estilo que reconoce estructuras, pentagramas, raíces y tonalidades de la poesía clásica, volviéndolos puntos, puntos continuos.
En “Poemas del corazón y guadaña”  cada pieza creada es la suma de adiciones líricas que respira la transición del verso, la rima, la métrica, la matemática de fondo que redime la poesía labrada, la que respira y transpira, aquella que, a mi modo de ver, es difícil de encontrar en estos días.
Leer este libro implica encontrarse frente a frente con la propuesta de un poeta despierto y sensible, dispuesto a re-crear la historia subjetiva de las emociones, pero sobre todo a resarcir la poesía, a resarcirla  y mecerla entre alejandrino, soneto, octava real, serventesio, espinela,  zéjel, escala métrica y por supuesto deleitarse con su rima jotabé. Los temas que a todos nos conmueven e interesan y que finalmente Juan Benito teje y nos entrega.
Beatriz Giovanna Ramírez 

A ti
(Serventesio dodecasílabos)
Si de un salto pudiera alcanzar la luna,
en bandeja de oro te la ofrecería,
ya no porque seas mejor que ninguna,
sino al ser la única por quien moriría.


¡Bendito Benedetti!
(Poema en Rima Jotabé)
Tenía falta la literatura
de la pluma amable, crítica y pura,
de un amante que nos hizo entender
que para amar, papel no ha menester,
y que al conjugar el verbo querer,
ni una estrella azul debemos poseer.
¡Bendito Benedetti! Voz osada
que defendió de forma encarnizada,
el amor y la vida y la amargura…
y nos regaló el inmenso placer
de su fiel poesía enamorada.
Poeta uruguayo por su nación,
mundial siempre ha sido su proyección.
Pues aún con el alma comprometida,
en denunciar la maldad fratricida…
¿Cómo obviar el poema, Bienvenida?
Y su sensibilidad sin medida.
¡Bendito Benedetti! Voz viajera
que de Montevideo a la Albufera,
el aire ha impregnado de esa emoción,
que nunca a nadie pasa inadvertida,
y mi alma convirtió en su costalera.